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martes, 17 de mayo de 2011

NO SOLS DE NOVEL·LA ES POT VIURE.


NO SOLS NOVEL·LA.....
Hi ha una part de la biblioteca que molt poca gent s'acosta i d' on quasi ningú agafa llibres: la secció de llibres temàtics. En part per la costum de llegir sols novel·la però pot ser també perquè entre tant de llibre, que no acabes de saber com estan organitzats i no saps de que va.... resulta més fàcil encertar en una tria entre muntanyes de novel·les que no a la secció temàtica.
Donat aquest fet he pensat en anar proposant/presentant alguns llibres que poden resultar interessants o despertar/cobrir la curiositat d’ algú. Tal volta amb el comentari despertem alguna curiositat amagada.
Per començar he pensat que estaria be fer-ho amb un gran llibre, per volum, per importància i pel contingut:

LA CULTURA. TODO LO QUE HAY QUE SABER, de Dietrich Schawanitz.

L’autor era catedràtic de literatura a la Universitat d’Hamburg (Alemanya) i de la seua experiència docent (el seu desencant seria més correcte) sorgiren dos obres (entre altres):
Der Campus (El Campus), una novel·la sobre intrigues polítiques i utilització de les persones a la Universitat, on eren reconeixibles persones reals d’Hamburg.
En un altre àmbit va sorgir Bildung (publicat en Espanya com La Cultura). A les classes s’adonà que els seus alumnes tenien un fonament de cultura general molt pobre, molt escàs. Així va decidir presentar un compendi del que considerava que una persona deuria saber.
EL LLIBRE.
Hi ha una ressenya de l’any 2009 firmada per Sergio Parra a la web papelblanco  que es molt exacta i millor reproduir-la que afusellar-la fent un mal resum.
Con el tiempo me he dado cuenta de que, en cierto modo, gran parte de mi vida la he dedicado a desaprender lo que aprendí en el colegio. Ello denota dos cosas. La primera: que en el colegio aprendí muchas cosas inútiles y/o erróneas. La segunda: que adquirir cultura, en este contexto, requiere de esfuerzo personal y una humildad que permita aceptar que uno, por saber muchas cosas, no es automáticamente culto, y mucho menos si esas cosas proceden de una única fuente.
El trasfondo de todo ello es que el conocimiento académico está en crisis, tanto es su manera de impartirse como en sus contenidos. La cultura es aburrida para la mayoría de la gente, y eso no es culpa de la gente sino de los que se encargan de suministrar la cultura.
En ese sentido, el objetivo de Dietrich Schwanitz en La Cultura es, sin duda, ambicioso. Resumir todas esas aburridas clases de todos nuestros años escolares e incluso universitarios en un solo libro de poco menos de 1.000 páginas. Dicho de otro modo: la lectura de este único libro equivaldría a las docenas de manuales e interminables horas lectivas del colegio. Un único libro para aprobar cualquier examen medianamente general (más o menos).
Con rigurosidad con exenta de cierta ironía, como esos buenos profesores que hacen fácil lo difícil, el autor alcanza a escribir satisfactoriamente un libro que reúne todo lo necesario para ser culto. O mejor dicho: para saber lo que somos y de donde venimos, y sobre todo para demostrar a los demás que lo sabemos.
Pero La Cultura es mucho más. También trata de explicar cómo se forma la cultura, por qué hay cosas que se consideran cultura y otras no, qué normas invisibles rigen el mundo cultural y cómo todo ello ha influido de algún modo en el mundo.
¿Qué aporta la cultura al conocimiento de nosotros mismos? ¿Por qué la sociedad moderna, el Estado, la ciencia, la democracia o la administración surgieron en Europa y no en cualquier otra parte? ¿Por qué figuras como Don Quijote, Hamlet, Fausto, Robinson, Falstaff o el Dr. Jekyll y Mr. Hyde son tan conocidas? ¿Qué ha dicho Heidegger que no supiéramos ya? ¿Dónde estaba el inconsciente antes de Freud?
Así pues, la primera parte del libro está centrada en la historia de Europa, narrada como un gran relato interrelacionado, sin perder nunca de vista la totalidad, intersectando las influencias de la literatura, el arte, la música, la filosofía o la ciencia.
La segunda parte está dedicada al poder del lenguaje, al mundo del libro y de la escritura, a los fenómenos de machismo y el feminismo, la inteligencia, la creatividad y lo que de ningún modo debería saberse.
Finalmente, el autor incluye una tabla cronológica, una lista de libros que han cambiado el mundo, otra lista de libros recomendados y un índice onomástico para saltar de un asunto a otro según nuestros intereses.
La Cultura me recuerda a otro libro que leí hace años, La verdad sobre todo, de Matthew Stewart, que se centraba exclusivamente en todo lo que uno debería saber sobre la filosofía. Sin duda el de Stewart era aún más divertido, irreverente y lleno de tablas y de juegos para hacer más accesible todo el contenido. Algo que, quizás, se echa en falta en este La Cultura: pues es bien sabido lo deDímelo y quizás me olvide. Enséñame y lo recordaré. Involúcrame y lo entenderé.
¿Aspectos negativos? A veces, el autor no es tan divulgativo como promete ser, pareciéndose demasiado a un simple manual del colegio. En general, se habla de la cultura eminentemente humanista, haciendo hincapié en literatos y filósofos, pero se pasa bastante de largo a la ciencia, como si ésta fuese cultura de segundo orden. Por eso sigue considerándose imposible que alguien no sepa quién fue Rembrandt; en cambio, si no sabe qué dice el segundo principio de la termodinámica o qué relación guardan entre sí el electromagnetismo y la fuerza de gravedad, o qué es un quark (aunque este término procede de una novela de Joyce), nadie llegará a la conclusión de que está ante una persona inculta”.
Si a alguna persona se li ha despertat la curiositat ja sap que el llibre està a la Biblioteca. Ah! una cosa trobe de positiu al llibre: pots llegir l’apartat que t’ interesse. És una bona obra de síntesis.



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